Si tu estufa o chimenea echa un olor químico o un olor de plástico quemado, es completamente normal.
Veamos todas las posibilidades y cuidados a tener en cuenta.
Pintura de la estufa
Si esto ocurre en los primeros encendidos, no te asustes. En Panadero empleamos pintura anticalórica, muy resistente a altas temperaturas. Durante los primeros usos se genera humo (normalmente de color blanco) en torno al aparato, debido al proceso de fijación de la pintura al metal y la evaporación del disolvente, esto produce un olor peculiar. Es importante ventilar muy bien la estancia durante el primer y segundo uso.
Materiales aislantes incorrectos
Utilizar ciertos selladores como un mal uso de lana de roca o espuma de poliuretano no ignífuga puede producir malos olores. Es fundamental tener claro qué materiales debemos usar al instalar una estufa de leña y sus propiedades.
Mal olor en el techo
Cuando vamos a instalar nuestra estufa o chimenea, y tenemos que pasar el tubo por el techo, es indispensable que no se atraviese ningún cable, tubería o tejado de metacrilato. En el caso de que se deba atravesar alguna de estas opciones, se debe aislar todo correctamente.
Cables quemados
Precaución con la electricidad y el calor. Si los cables están mal situados y sin protección, pueden derretirse. Cuando las estufas se encuentran cerca de enchufes o cables, pueden producir malos olores.
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