Siempre que vayamos a limpiar una parrilla, lo ideal es hacerlo una vez hayamos terminado de usar el aparato, cuando aún está un poco caliente. Sin embargo, normalmente no se suele hacer en este momento, ya sea por pereza o por olvido.
Cuando no limpiamos la parrilla después del uso y dejamos que se enfríe, nos encontramos con una parrilla sucia y llena de grasa que, en ocasiones, es difícil quitar.
Cómo limpiar la parrilla
Vamos a ver cómo limpiar la parrilla de la barbacoa, tanto en frío como en caliente.
Cuando la parrilla está aún caliente, podemos eliminar los restos de grasa y suciedad de forma rápida y efectiva. La grasa, como todavía no se ha enfriado, es mucho más sencillo eliminarla que cuando está fría y seca. Por otro lado, la limpieza en frío es más complicada, la grasa se pega y se solidifica a la parrilla, sin embargo, esta limpieza es más segura y profunda.
Limpiar la parrilla cuando está caliente
Para eliminar la grasa de la parrilla de la barbacoa cuando está caliente, podemos utilizar un cepillo metálico (de alambre) o de lana de acero. Después de la limpieza, aclara con un agua.
Limpiar la parrilla cuando está fría
Puedes aprovechar el enfriamiento de la parrilla para realizar una limpieza en profundidad.
En primer lugar, debemos retirar todos los restos de cenizas y brasas del recipiente. Debes contar con un cepillo metálico para su limpieza.
A continuación, debes limpiar el cajón con agua caliente o tibia y un poco de jabón. Si hay restos de grasa, elimínalos con el cepillo metálico. Pulveriza sobre la parrilla un quitagrasas potente y deja que actúe unos minutos (10-15 min) antes de frotar con el cepillo metálico.
Por último, aclara con abundante agua, mejor si es agua templada o caliente, para evitar dejar restos de grasa sobre ella.
Cómo limpiar una parrilla oxidada
El mayor enemigo de este tipo de aparatos es la oxidación. Si observamos manchas marrones en nuestro aparato, lo mejor es limpiarlo con vinagre blanco de limpieza.
Rocía vinagre sobre las rejillas y déjalo actuar unos minutos. Después, limpia el vinagre con un trapo húmedo y sécalo posteriormente con un trapo seco o papel de cocina. ¡Se quedará como nueva!
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