Los aparatos de leña son una fuente de calor y confort en las frías noches de invierno. Para obtener el máximo rendimiento de estos sistemas de calefacción, es fundamental contar con leña de buena calidad.
La leña es el combustible que alimenta estos aparatos y, por lo tanto, su calidad puede influir en la eficiencia, seguridad y limpieza de la quema.
En este post, explicaremos la importancia de la calidad de la leña para el rendimiento de tu estufa y cómo asegurarte de que la leña que compras sea de buena calidad. Además, aprenderás los factores que determinan la calidad y cuáles son las características de una leña de buena calidad. También te proporcionaremos consejos para almacenarla adecuadamente. ¡Vamos a descubrirlo!
¿Qué factores determinan la calidad de la leña?
La calidad de la leña está determinada por diversos factores: la especie de árbol, la edad del tronco en el momento de cortar, la humedad y la forma de almacenaje. Veamos cómo afectan cada uno de ellos:
- Especie de árbol: Especies como el fresno, el roble o el arce son conocidas por producir leña de alta calidad. Este tipo de árboles tienen una densidad elevada y una alta proporción de madera dura. Además, la leña que producen arde lenta y uniformemente.
- Edad del tronco en el momento de cortar la leña: La leña de árboles muy jóvenes tiene un alto porcentaje de humedad, por lo que es más difícil de encender y de mantener la llama. Por otro lado, la leña de árboles maduros es más seca, lo que es más fácil de mantener y de prender.
- Grado de humedad: La leña seca, con un contenido de humedad inferior al 20% es la más adecuada de quemar. Además, produce menos humo y ceniza.
- Almacenamiento: La leña que se almacena en un lugar abierto, sin protección, absorbe más humedad.
¿Por qué es importante la calidad?
La calidad de la leña es fundamental por tres sencillas razones: mayor eficiencia, mayor seguridad y mejor limpieza de la quema.
Que la leña y la eficiencia vayan unidas de la mano, no es nada nuevo. Hemos hablado en numerosas ocasiones de que de la calidad de la leña dependen muchos de los problemas a los que nos enfrentamos diariamente como fabricantes y vendedores de aparatos de leña.
Como hemos mencionado en el punto anterior, una leña de buena calidad contiene menos humedad y es más pesada. Cuando quemamos leña húmeda, la mayor parte de la energía de la estufa se emplea en evaporar la humedad en lugar de generar calor. Esto significa que el aparato necesitará más combustible para generar la misma cantidad de calor, por lo que será una estufa menos eficiente.
En cuanto a la calidad de la leña y la seguridad, son conceptos muy relacionados entre sí. Es muy sencillo, una leña de baja calidad es igual a un mayor riesgo de incendio. Esto es debido a que este tipo de leña puede obstruir los tubos y producir grandes cantidades de humo.
Por último, hablaremos de la limpieza y el mantenimiento del aparato. La leña de mala calidad produce mucha más ceniza y hollín. Estas sustancias requieren ser eliminadas con un mantenimiento regular del aparato.
¿Cómo puedo asegurarme de que la leña que compro es de calidad?
Hay varios factores que puedes considerar para asegurarte de que la leña que compras sea de calidad.
En este punto, queremos darte algunos consejos para ayudarte a elegir la leña adecuada:
- Verifica la humedad. Puedes medir la humedad con un higrómetro o probando la leña frotando una astilla en la palma de tu mano. Si la astilla no produce polvo y suena como si estuvieras raspando dos palitos juntos, la leña es probablemente seca.
- Examina la apariencia del tronco. Por norma general, la leña de calidad suele tener un aspecto uniforme, libre de cortezas y moho. La corteza puede obstruir la chimenea y el moho libera gases tóxicos durante la quema. Nosotros recomendamos realizar el encendido con troncos cortados en triángulo, ya que así, evitas quemar menos corteza.
- Conoce tu madera. Cada tipo de madera quema de forma diferente. Debes asegurarte de elegir la adecuada a tus necesidades.
- Compra leña seca y no resinosa.
Consejos para almacenar la leña adecuadamente
El almacenaje de la leña juega un papel importante para asegurar su calidad. Se debe proteger y conocer cómo cuidarla para que en su quema, no produzca daños a tu aparato. Un correcto almacenaje no consiste en apilar troncos de leña unos encima de otros en un espacio que nos sobre en nuestro jardín. Por ello, te damos las claves para que almacenes la leña correctamente:
- Apila la leña en un lugar seco. Evita sitios húmedos o que puedan mojarse en caso de lluvia.
- Respeta el paso del aire entre los troncos. La leña debe estar aireada para asegurar su correcto secado.
- No cubras completamente la leña. Está bien utilizar un leñero o una lona para proteger la leña. Sin embargo, no se debe tapar por completo. Por ello, los leñeros de nuestras estufas no tienen puerta, siempre uno de sus lados o dos de sus lados están dejando entrar el aire en todo momento.
- Nivel del suelo o del soporte. La zona donde apiles los troncos debe estar nivelada para evitar caídas.
Para más información, te recomendamos leer nuestro post “Cómo almacenar leña en casa correctamente“.
Esperamos que este post te haya servido de guía. Échale un ojo a nuestro blog y encuentra soluciones y recomendaciones para ayudarte con tu chimenea o estufa de leña.
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