El arte del deshollinado: oficio antiguo, necesidad moderna.
El deshollinador de chimeneas no es una figura moderna. Ya en el siglo XVIII recorrían los tejados de Europa, cubiertos de hollín, con sus cepillos metálicos y su reputación de “portadores de buena suerte”. Hoy, aunque las estufas de leña han evolucionado —como las de Panadero, con tecnología Ecodesign 2022—, su trabajo sigue siendo esencial.
Porque el hollín, la creosota y los residuos no han desaparecido. Solo que ahora los combatimos con más conocimiento y herramientas mejores.
¿Qué funciones cumple un deshollinador profesional?
Limpieza profunda del conducto de humos.
Elimina el hollín y la creosota acumulados en los tubos, codos y salidas de humo. Esto previene obstrucciones, reduce emisiones contaminantes y mejora el tiro.
Inspección técnica de seguridad.
Un deshollinador no solo limpia. También revisa el estado estructural de la instalación: juntas, tubo, sombrerete, cámara de combustión. Puede detectar grietas, fisuras o signos de desgaste peligrosos.
Prevención de incendios domésticos.
La creosota es inflamable. Cuando se acumula en exceso, puede provocar un incendio interno en la chimenea. La limpieza profesional reduce al mínimo este riesgo.
Mejora del rendimiento y la eficiencia energética.
Una estufa limpia necesita menos leña para calentar igual. El tiro funciona correctamente, la combustión es más limpia y ahorras dinero y emisiones.
Informe técnico o certificación.
En algunas comunidades y para algunas pólizas de seguro, es necesario un certificado de limpieza o mantenimiento de chimenea. El deshollinador puede emitirlo tras la revisión.
¿Puedo hacer yo mismo el trabajo del deshollinador?
Sí, pero solo de forma parcial. Hay tareas básicas que puedes realizar tú mismo, y son muy recomendables:
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Usar leños deshollinadores como mantenimiento entre limpiezas.
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Limpiar el cristal de la estufa con producto específico.
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Vaciar con frecuencia el cajón de cenizas.
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Revisar visualmente la salida de humos.
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Usar un cepillo flexible si tienes acceso directo al tubo.
Pero esto no sustituye a una limpieza profesional. Porque:
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No llegarás a todos los tramos (especialmente si hay codos o muchos metros).
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No podrás detectar fisuras ni fugas de gases invisibles.
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No tienes las herramientas específicas de inspección y aspiración.
Por eso, aunque seas manitas, el resultado no será el mismo. La limpieza casera es preventiva, pero no suficiente.
¿Cuándo deberías llamar a un deshollinador?
Una vez al año, como mínimo.
Incluso con buen uso, el conducto de humos acumula residuos. Si usas la estufa de leña de forma intensiva, conviene hacer dos limpiezas al año: antes y después del invierno.
Si notas alguno de estos síntomas:
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Humo dentro de la vivienda.
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Cristal que se ensucia rápidamente.
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Dificultad para mantener el fuego vivo.
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Olor fuerte a hollín.
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Ruidos extraños en el tiro.
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Tiro débil o inversión de humos.
Si llevas meses sin encender la estufa.
Es habitual que se acumulen nidos, restos o humedad en el conducto de humos. Mejor revisarlo antes de volver a usarla.
Si has usado leña húmeda o blanda.
Este tipo de combustible genera más residuos y obliga a limpiar con más frecuencia.
¿Qué herramientas usa un deshollinador profesional?
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Cepillos metálicos eléctricos giratorios.
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Cámaras de inspección con iluminación.
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Aspiradores industriales con filtros especiales.
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Selladores refractarios para juntas deterioradas.
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Equipos de protección y análisis de monóxido de carbono.
Además, deben cumplir normativa y, si es posible, estar certificados por asociaciones como ASDE.
¿Y si no lo haces?
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Riesgo de incendio en el conducto.
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Emisión de gases tóxicos (monóxido de carbono).
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Mayor consumo de leña y menos rendimiento.
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Daños por humo o hollín en paredes y muebles.
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Pérdida de garantía si no realizas el mantenimiento obligatorio.
Panadero: calidad que se cuida.
En Panadero diseñamos estufas de leña duraderas, eficientes y bellas. Pero como todo lo que vale la pena, requieren un cuidado mínimo pero riguroso.
Te recomendamos:
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Usar siempre leña seca.
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Hacer deshollinado al menos una vez al año.
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Cambiar juntas y limpiar cristales con recambios Panadero.
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Usar accesorios de calidad: atizadores, leñeros, guantes térmicos.
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Y, si necesitas ayuda, contactar con profesionales que colaboran con nosotros.
Conclusión: tu hogar merece un fuego seguro.
La estufa de leña es un placer, una inversión y una declaración de estilo. Pero también es un equipo que debe mantenerse.
El deshollinador es parte de ese ritual del fuego: invisible pero esencial. Cuídalo, y tu estufa Panadero te dará años de calor seguro y eficiente.